El ES- Nos
La mirada absoluta que se comienza a diluir infecciosamente por el perpetuo caudal encarnado en la sensible atmosfera perteneciente, adquirente de color y forma, es el producto rencoroso de siluetas feroces que fulgurantes emergieron tras el florecer de la dogmatica conciencia de lo Imperecedero, cuyos brotes se remite a la prodigiosa aparición del Momento, que tras espasmos de vida aleatoria, percutáse ecuánime e inflexible en el pretérito fastuoso, y que detonado por el impetuoso resplandor de saberse remoto a la ajena frecuencia despótica, se abalanzara inconsideradamente cual feroces aguijones sangrantes sobre la inmaculada Médula(Orgánia) para asentarse eternamente.
El tiránico convenio enquistado por la innegable necesidad del humanizarse, el cual en su obscenidad, se comporta como el fiel reflejo de la mundanal confección desterrante que se sostiene a sí misma como cimiento del pensamiento secular y que ha sido abrevadero del ineludible propósito de la existencia a lo largo de su inherente senda, se silencia con la exorbitante y sigilosa embestida del precipitoso Concebirse, el cual en su condición de pureza, desgarra el habitáculo certero que se dispone como Todo, dejando la grieta infinita por donde transita el encauce que sostiene a ésta; La Patológica Nueva Forma .
Desde el Ahora el arrecife devastante que en lo Vivo se encarna en el Ser, enunciando en éste al organismo vestigial del cual la verticalidad exultante se excede como brote de sí misma, corresponde al deseo solapado de la franqueza primigenia de la sustancia medular, la cual en su disposición engulle ciclónicamente la arbitraria constante ahora aletargada, esa que nutrió traicioneramente al mismo eje angular que hoy despierta en función de su categoría de no pertenencia y que se despoja valerosamente del insípido constructo en el que se vio conspirante contrario al vertiginoso Sentido .
Es ahora en este Serlo aquella Aurora portentosa la que dirige el sendero inerte y usualmente desplazado por el receloso patrón del cual no eres parte. El fraguar de la misma borealidad se comienza a redimir desde lo interno asumiendo formas desconcertantes que son parte de lo Inmediato y que comienza ya a padecer ese Ser-te que se intenta esconder ante lo que no podrá empantanar jamás.
El temor será el alero regocijante que aturdirá la fase de conversión ansiosa cuyo principio se aventura sobre la carne y el sustrato medular que se impone en cada segundo del ingerir la savia fecunda, y cuya virulenta vida es la delirante alerta de que el situarse radicado en el Esto, eso que Somos y que se Es, se alza incontenible apoderándose de lo que se Era, concediéndose parasitariamente el empoderamiento de la célula que tras verse a sí misma extinta y sujeta a la condición preponderante, resurgirá Siniestra y absoluta Doblegando la dualidad de la bifurcación primitiva de la criatura, convirtiéndolo en el Saber(Es) de lo que ya se encuentra aquí, ese sistema esquizoidemente patológico que ya comienza a germinar.
El ser ya no lo es, el Es toma su lugar en el Nos.
Comienza.
no necesitamos humos, ni humanidades
ResponderEliminarNos queda un Es
con el que ya ni ser
el mismo humanizarse en los demás, es un tanto un des-humanizarse en uno mismo. y viceversa.
ResponderEliminarLo que era ya no es, lo que Es es lo que era.
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